Siete de la mañana, oigo un despertador, veo la hora en el móvil, son las siete de la mañana, durante la noche me he despertado un par de veces con el ruido de la lluvia en el patio. Me doy media vuelta y decido seguir sobando, que se mojen los demás. Un rato después me encuentro una cara sonriente que parece haber pasado ya a primera hora por el coffeeshop y sin avisarme, su energía es impropia de esas horas, ¿Que tenía el FEBO que nos tomamos a la noche? ¿Quizá el trozo de pizza hawaina suya no tenía orégano sino ...? ¿Porque el suyo si y el mío no? Comienzo a escuchar, ¡¡¡arriba cariño, arriba cariño, ARRIBA CARIÑO, ARRIBA CARIÑO!!!! Articulo un par de sonidos, gruñidos quizá, pero sólo quizá, ella no se enfada, Pelutxa se va a la ducha, ja, ja, ja, ..., media vuelta, mierda, ya no me puedo volver a dormir. Habrá que levantarse. Miro por la ventana, llueve, voy yo a la ducha después de la pertinente disculpa por los gruñidos, Pelutxa no tiene la culpa de los aditivos de su cena ... ...