A la búsqueda de un pantalón
Llega un día en el que despúes de poner una lavadora, observas que tu pantalón vaquero favorito (como los llaman ahora, unos jeans) pide a gritos una retirada, si, lo quieres mucho, has vivido grandes días con él, te ha acompañado en todas tus juergas, pero ..., vamos, que está levantando la bandera blanca. Esa tela dura se ha convertido en una especie de lino fino de color azúl que en ciertas zonas, escasea. Lo tienes decidido, te vas de compras, mala suerte, son rebajas, miras en un par de tiendas y cuando les preguntas si tienen vaqueros, te miran como las vacas al tren y te dicen que ya en estas fechas ..., en el fondo lo que piensan es que soy un tipo muy raro, ¡A quien se le ocurre venir a finales de julio a por unos vaqueros!!!!. Aun así, je, je, je, me río yo de alguna talla que encontré, de las dos perneras del pantalón hago una para mi. Me siento el tío mas gordo del mundo. Pero no desespero. El corte inglés, mi salvación, aunque no me guste el color, el modelo, los bolsillos...